Edulcorantes en entredicho
La sucralosa es un compuesto utilizado como edulcorante común de alimentos procesados. Su poder endulzante puede ser hasta 650 veces mayor que la sacarosa y no aporta calorías ya que en gran medida no se metaboliza. Su sabor es similar al azúcar y no suele dejar regusto desagradable comparado con otros productos similares. La seguridad alimentaria de la sucralosa ha sido refrendada por la comunidad científica y las principales autoridades reguladoras alrededor del mundo incluyendo la Administración de Drogas y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y una revisión de 2016 afirmó que la sucralosa no tiene efectos cancerígenos.
Pese a ello, diversos estudios de distinta índoles han ido cuestionando los riesgos asociados a este producto, concretamente sobre el estado de la flora intestinal llegando incluso a afectar a la intolerancia a la glucosa. Ahora un informe emitido por Instituto Federal de Evaluazión de Riesgos de Alemania (BFR por sus siglas en alemán) afirma que determinados compuestos nocivos, algunos con potencial carcinogénico, pueden producirse cuando se calienta sucralosa y especialmente alimentos que contienen sucralosa, como verduras enlatadas o productos horneados. Cuando la sucralosa (E 955) se calienta a temperaturas superiores a 120 grados, se produce una descomposición gradual y, a medida que aumenta la temperatura, se produce la descomposición y decloración del edulcorante.
Más información en: https://www.diariodesevilla.es/salud/nutricion-bienestar/Edulcorantes-entredicho-sucralosa-riesgos-carcinogenico_0_1347765600.html